Soy Marina Costa, fisioterapeuta especializada en suelo pélvico y fisiosexología.
Desde la primera vez que empecé con la fisioterapia, vi que existía una necesidad urgente de tratar algunas patologías que estaban silenciadas por vergüenza. Comencé a trabajar de manera vocacional para ayudar tanto a hombres como a mujeres a entender el cuerpo humano y su relación directa con el suelo pélvico a lo largo de la vida.
Somos conscientes de muchas partes visibles de nuestro cuerpo y que comúnmente tratamos, pero el suelo pélvico sigue siendo el gran olvidado, a pesar de su papel clave en aspectos tan importantes como las relaciones sexuales, el parto, la continencia urinaria o los orgasmos.
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Lo ideal es acudir a partir del segundo trimestre para evaluar el estado del suelo pélvico y la faja abdominal. Sin embargo, si hay molestias como dolor lumbar, ciática o sensación de pesadez en la pelvis, se recomienda consultar antes.
Mediante ejercicios de movilidad pélvica, masaje perineal, respiración diafragmática y técnicas de pujo, se mejora la elasticidad del periné y se reducen los riesgos de desgarros o episiotomía.
Sí, siempre que estén adaptados a cada fase del embarazo y supervisados por un profesional. No se recomienda hacer contracciones intensas si hay hiperactividad del suelo pélvico o ciertas complicaciones obstétricas. Es importante también consultar a nuestro profesional sanitario como ginecologo/a o matron/a.
Se recomienda una valoración del suelo pélvico a partir de la 4º semana postparto, aunque desde los primeros días se pueden realizar ejercicios suaves de respiración y activación del core que se suelen trabajar en las consultas de fisioterapia preparto.
Si notas separación entre los músculos rectos del abdomen o un abultamiento en la zona media al hacer esfuerzos, podrías tener diástasis. La fisioterapia ayuda con ejercicios hipopresivos, activación del transverso, INDIBA, electroterapia y técnicas manuales.
Sí. Las técnicas de masaje y movilización de la cicatriz previenen adherencias y mejoran la elasticidad del tejido, reduciendo molestias como tirantez o dolor. Así como el uso de radiofrecuencia (INDIBA) para mejorar las posibles adherencias profundas.
La fisioterapia puede ayudar con dolor en las relaciones (dispareunia), vaginismo, hipersensibilidad vulvar, dificultades para alcanzar el orgasmo o disfunción eréctil relacionada con problemas musculares, así como sequedad vaginal. Si tienes algún otro problema, no dudes en consultar ya que la fisioterapia es una gran herramienta.
Mediante ejercicios de relajación, pujo dirigido, biofeedback, masaje manual y educación sobre el control de la musculatura del suelo pélvico, se reduce la tensión y el dolor durante las relaciones sexuales.
Sí, porque un suelo pélvico tonificado y flexible mejora la vascularización, la respuesta a estímulos y el control muscular, lo que puede intensificar las sensaciones y el placer.
¿Cómo mejorar la sensibilidad de mi suelo pélvico o de mi clítoris?
A través de la consciencia corporal, elementos externos como nuestro vibradores, radiofrecuencia (INDIBA) y también conectar de nuevo con mi cuerpo.
Sí. Ejercicios de fortalecimiento, reeducación del suelo pélvico, uso de dispositivos como conos vaginales y técnicas de biofeedback ayudan a controlar la incontinencia de esfuerzo y urgencia.
Si hay debilidad, puedes notar escapes de orina, sensación de peso en la pelvis o dificultad para llegar al orgasmo. Si hay hiperactividad, podrías experimentar dolor pélvico, dificultad para relajar la zona o molestias al orinar. Un fisioterapeuta puede evaluar tu caso.
Depende del grado. En los casos leves a moderados, la fisioterapia ayuda a reforzar el soporte del suelo pélvico y mejorar los síntomas. En casos avanzados siempre complementará el tratamiento quirúrgico.
¿Si voy mucho al baño a miccionar es malo?
Nuestra vejiga tarda unas 3 horas en tener un llenado completo. Si la ingesta de líquidos sin excitantes (te, café, cafeína…) es correcta, deberíamos ir al baño cada 2-3 horas. Si la frecuencia es mucho más alta deberíamos acudir a consulta.
Sí. El entrenamiento de la musculatura abdominal, la respiración diafragmática y la relajación del suelo pélvico facilitan la evacuación y previenen el estreñimiento. Así como unas pautas higiénico-dietéticas.
Con una buena tonificación de nuestro suelo pélvico, técnicas de reeducación del suelo pélvico y cambios en la postura durante la defecación para mejorar el control.
Un suelo pélvico tenso o con mala circulación puede empeorar estos problemas. La fisioterapia ayuda con técnicas de relajación, masaje perineal y ejercicios para mejorar la vascularización.